Las convulsiones son interrupciones abruptas e impredecibles de la función cerebral normal, a menudo acompañadas de convulsiones u otros movimientos involuntarios. Estos sucesos relacionados con el cerebro pueden ser aterradores y tener un profundo impacto en personas de todas las edades.
Si bien las convulsiones pueden ser el resultado de varios factores, comprender las causas de las convulsiones es esencial para un diagnóstico, tratamiento y manejo adecuados.
En este artículo, analizaremos más de cerca por qué ocurren las convulsiones y trataremos de explicar las cosas que conducen a estos eventos confusos.
Epilepsia
La epilepsia es la razón más común por la que las personas tienen convulsiones repetidas. Es un trastorno neurológico caracterizado por convulsiones recurrentes y no provocadas que pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o sexo.
Las convulsiones epilépticas surgen de una actividad eléctrica anormal dentro del cerebro, que interrumpe sus procesos de señalización habituales. A veces, la genética puede estar involucrada en la epilepsia, y ciertos genes pueden aumentar las posibilidades de que alguien desarrolle la afección.
Vale la pena señalar que las lesiones cerebrales, las infecciones y los trastornos del desarrollo también pueden contribuir a la epilepsia.
Anomalías cerebrales
Varias anomalías estructurales dentro del cerebro pueden provocar convulsiones, incluidos tumores cerebrales, malformaciones vasculares y problemas cerebrales desde el nacimiento.
Los tumores, por ejemplo, pueden ejercer presión sobre el tejido cerebral circundante y alterar su función normal. Además, los aneurismas, las malformaciones arteriovenosas (MAV) y otras anomalías vasculares pueden interrumpir el flujo sanguíneo, lo que provoca una actividad cerebral irregular y convulsiones.
Infecciones y afecciones inflamatorias
Las infecciones del sistema nervioso central pueden desencadenar convulsiones, lo que lleva a la inflamación del cerebro o sus membranas protectoras y afecta la función cerebral.
Los trastornos autoinmunes, como la esclerosis múltiple o el lupus eritematoso sistémico, también pueden aumentar el riesgo de convulsiones al causar inflamación y daño al tejido cerebral.
Alteraciones metabólicas
Las alteraciones metabólicas pueden alterar el equilibrio de sustancias químicas y electrolitos dentro del cuerpo, afectando la actividad eléctrica del cerebro.
Los desequilibrios electrolíticos, la hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) y la disfunción renal o hepática son causas metabólicas comunes de convulsiones.
Otra causa de convulsiones es la abstinencia de alcohol, que a menudo implica fluctuaciones en los niveles de glucosa y electrolitos en la sangre.
Medicamentos y drogas
Hay algunos tipos de medicamentos que pueden causar convulsiones cuando se usan incorrectamente, como una sobredosis de algunos antidepresivos, antipsicóticos y opioides.
Del mismo modo, las drogas ilícitas como las anfetaminas, la cocaína y los alucinógenos pueden aumentar el riesgo de convulsiones debido a su impacto en la química del cerebro.
Abuso de alcohol y sustancias
El consumo excesivo de alcohol y el abuso de sustancias son factores de riesgo importantes para las convulsiones, ya que el abuso de alcohol a largo plazo puede provocar una afección llamada convulsiones por abstinencia de alcohol, que ocurren cuando alguien que consume alcohol en exceso detiene o reduce repentinamente su consumo de alcohol.
El consumo de drogas ilícitas, en particular estimulantes como la metanfetamina y la cocaína, también puede inducir convulsiones.
Traumatismos craneoencefálicos
Las lesiones cerebrales traumáticas resultantes de caídas, accidentes o incidentes relacionados con el deporte pueden alterar la función normal del cerebro y provocar convulsiones.
Este tipo de convulsiones, conocidas como convulsiones postraumáticas, pueden ocurrir inmediatamente después de la lesión o aparecer semanas o meses después, y varían según la gravedad y la ubicación de la lesión.
Convulsiones febriles
Las convulsiones febriles ocurren cuando los niños pequeños tienen convulsiones (movimientos de sacudidas y sacudidas) durante una fiebre alta.
Aunque pueden ser alarmantes para los padres, las convulsiones febriles generalmente no se asocian con daño neurológico a largo plazo. Estas convulsiones suelen estar relacionadas con aumentos rápidos de la temperatura corporal y los antecedentes familiares, lo que hace que los niños sean más propensos a tenerlas.
Estrés y falta de sueño
Una de las causas más comunes de las convulsiones es el estrés y la falta de sueño. El estrés y la falta de sueño pueden reducir el umbral de las convulsiones, lo que hace que las personas sean más vulnerables a las convulsiones.
Controlar el estrés y mantener una rutina de sueño constante es importante para todos, pero se vuelven especialmente vitales para las personas que padecen epilepsia o aquellas con antecedentes de convulsiones.
Conclusión
Las convulsiones son eventos neurológicos complejos que pueden deberse a una amplia gama de causas. La epilepsia, las anomalías cerebrales, las infecciones, los trastornos metabólicos, los medicamentos, el abuso de sustancias, las lesiones en la cabeza, las convulsiones febriles, el estrés y la falta de sueño son todas causas de las convulsiones.
Es esencial identificar y abordar la causa subyacente de las convulsiones para desarrollar planes de tratamiento adecuados y brindar apoyo a los afectados por esta afección.
La investigación sobre las causas de las convulsiones continúa avanzando, lo que ofrece esperanzas de mejores estrategias de prevención y tratamiento en el futuro.